martes, 30 de octubre de 2007

La Fibromialgia, a escena


No he podido contener mis lágrimas ante la desolación que sufren los pacientes de fibromialgia de Carmona. Estuve allí, en el Centro de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Carmona donde, la Asociación de enfermos de Fibromialgia y el Síndrome de Fátiga Crónica de mi ciudad (AFICAR) organizó una conferencia-coloquio sobre la enfermedad con un éxito rotundo de participación. La mencionada conferencia corrió a cargo del Doctor Luis Luque, miembro del Equipo de Investigación del Distrito Norte de Sevilla (Virgen Macarena).

Habló también la concejala de Servicios Sociales, cercana y atenta como de costumbre, junto a mi amiga y presidenta de AFICAR, Cristo Corrales. El Doctor Luque pronunció magistralmente los orígenes, consecuencias y trucos para sobrellevar la fibromialgia a la espera de la cura definitiva. "No debéis caer el a hipocondría, el desánimo, el pesimismo o la irritabilidad. Debéis comenzar a luchar por mejorar vuestras relaciones sociales y sabiendo que seguís siendo útil para los vuestros". Estuvo siempre cercano, atento y familiar, algo que no ocurre en muchas consultas de nuestra tierra.

Destacó el papel del médico de cabecera como principal asesor en esta dolencia y finalizó con una frase con la que alentó a las asistentes (había hombres, pero los menos). "Recordad que después de la tormenta, siempre vuelven a salir los rayos del sol". Dio paso a las dudas de los presentes, y comenzaron a salir las experiencias de vida de muchas de ellas que hicieron arrancarme de mis ojos alguna lágrima. Gente de la comarca también se acercó, como la asociación AFLORA, de Lora del Río. Todos unidos por la misma causa: luchar por una enfermedad crónica que, si bien no es mortal, psicológicamente hunde al paciente. Por eso, mi rezo nocturno irá dedicado a esas personas que sufren en silencio y sumidos en la desesperación. Ahora, a soñar con el mañana, que será otro día. Y, como siempre le pido a Dios, que al menos sea un poquito mejor que éste que ya acaba. Apago el candil y dejo mi pluma deseando buenas noches.

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